martes, 24 de febrero de 2015

Estampas toscaneras en Caras y Caretas

Caras y Caretas fue un semanario argentino fundado en 1898 por un grupo de notables periodistas y escritores rioplatenses. Su primera época perduró desde entonces hasta el año 1941, aunque su mayor popularidad se ubica entre 1900 y 1920, al punto de ser una referencia obligada para todo historiador ocupado en investigar la realidad del país por aquellos  años.   La característica más saliente de la revista en cuestión era el amplio abanico temático de sus notas, desde la más candente actualidad política hasta la sátira humorística, el análisis de los fenómenos sociales, las noticias sobre los últimos adelantos tecnológicos, el desarrollo de las industrias y un largo etcétera. Desde luego, y a los fines prácticos que nos ocupan aquí, esos textos presentados durante cuatro décadas rebosan de citas relativas al cigarro toscano, constituido entonces como un producto de consumo masivo.


Queda claro que la mención de cada una de ellas (incluidas en diferentes notas de interés general, cuentos,  noticias   y   avisos  publicitarios)   es prácticamente imposible, además de innecesaria. Pero creemos atractivo detenerse en algunas apariciones muy oportunas que nos permiten conocer ciertos perfiles de personas y grupos humanos. Porque, como dijimos más de una vez, la historia del toscano en Argentina acompaña la propia historia nacional, especialmente en al ámbito de los fenómenos de la inmigración y el desarrollo de la grandes urbes. Veamos entonces tres estampas que representan sendas postales de lo que ocurría por estas latitudes en los respectivos momentos de publicación.   Dos de ellas son muy cercanas entre sí y coinciden, en cierto modo, con la edad de oro del artículo que nos convoca. La otra, avanzado el siglo XX, se sitúa en el período de su mayor dispendio numérico, si bien para entonces el puro de nuestro interés  iba abandonando lentamente la buena estrella merced a un renovado consumo tabacalero que se trasladaba hacia los cigarrillos rubios, cuanto más suaves mejor, y veía a los viejos cigarros itálicos como algo anticuado.


El 25 de noviembre de 1911, una caricatura del célebre dibujante español José María Cao Luaces (más conocido bajo el apócope de Cao) nos muestra al coronel Enrique Rostagno comandando las fuerzas destinadas en la ocupación del llamado Gran Chaco, que incluía a las actuales provincias de Chaco, Formosa y partes de Santa Fe y Santiago del Estero. Al parecer, el conocido militar (1) era un entusiasta aficionado toscanero, lo que le valió esa aparición gráfica  de tono chancero con el siguiente epígrafe en verso:

Siguiendo la ocupación
del Chaco, que en su opinión
da resultados muy buenos,
se fumó medio millón
de toscanos, cuando menos

Un detalle resulta ciertamente significativo: el toscano está siendo fumado al modo entero o maremmana, aunque nunca sabremos si esa era su verdadera costumbre o si sólo se trata de la interpretación artística del caricaturista.


Menos de un año después,  el  27  de  julio  de  1912,  cierto artículo denominado El “faubourg” teatral (2) nos transporta a la zona adyacente del viejo teatro Politeama (3), descripta como “con mucha alegría y mucho color, con sus cafés, sus restorantes con pollos a lo spiedo y suculentos platos de tallarines al jugo, y hasta un elegante y bien montado club.” Luego hace hincapié en el bar Sabatino,  al que concurren actores, músicos  y  empresarios teatrales italianos,   tales  como los eximios cantantes Corti, Domingo, Recanatini, Quadranti y el conde Tulio Quatrocchi. Esta notable fauna artística peninsular es vívidamente delineada por sus coloridas vestimentas (chambergos de ala ancha,  bastones  verdes  o  rojos,  abrigos y  pantalones a  cuadros),  y  porque  sus integrantes son vistos fumando con verdadera fruición los toscanos insecticidas, al decir del autor de la crónica.


Finalmente, el 6 de febrero de 1937, uno de los colaboradores más veteranos del semanario, Félix Lima, comienza su nota de añoranza sobre cierta y antigua murga de Barracas al Norte con un sinceramiento personal.   Una confesión que no es literaria ni deportiva para empezar: me gustan de alma los toscanos de cigarrería y las milanesas de “ristorante” de medio pelo, el vino de la “Riviera” de Quilmes o de Sarandí (4) y pasar los días de carnestolendas (5) en alguno de los pueblos suburbanos, con o sin servicio ferroviario  eléctrico,  dice  Lima,  que realmente era tal cual se describe a sí mismo, conforme lo pintan diversas añoranzas posteriores de algunos de sus colegas. Hemos repasado así así tres siluetas argentinas del ayer, y todo gracias al cigarro más fumado en estas tierras durante casi una centuria.

Notas:

(1) Rostagno era un militar innovador, polémico y bastante “mediático”. Fue responsable de varias reformas en el entrenamiento y la actualización tecnológica del ejército, pero también tuvo  algunos  problemas  por  la tendencia  a  manifestar  públicamente  sus opiniones políticas. En 1908, por ejemplo, debió cumplir dos meses de arresto por emitir comentarios adversos al presidente José Figueroa Alcorta. De ello da cuenta la misma Caras y Caretas en su edición del 28/3/1908.


(2) Término del habla francesa que se usa comúnmente para definir un barrio o suburbio.
(3) Legendaria sala de espectáculos que estaba ubicada en  Corrientes  1490,   casi esquina Paraná. La historia de este edificio, de su sucesor, y del baldío que existe en el lugar desde la década de 1950 es verdaderamente paradójica. Sugiero a los interesados ver la breve pero efectiva reseña de Wikipedia:  http://es.wikipedia.org/wiki/Teatro_Politeama
(4) Se refiere irónicamente a los vinos artesanales que se elaboraban en los viñedos costeros del Río de la Plata, al sur de Gran Buenos Aires. Desde finales del siglo XIX y hasta la década de 1970 esa producción fue numerosa y bastante popular, casi siempre obtenida  con ejemplares  de  vides  americanas  tipo  Vitis  Labrusca       (conocida folclóricamente como “chinche”) que daban a los vinos un sabor salvaje y rústico. En sus buenos tiempos llegó a existir medio centenar de productores de uva y vino sólo en el partido de Avellaneda, según estadísticas oficiales de 1950.


(5) Sinónimo de carnaval.

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