martes, 5 de febrero de 2013

Avanti en Caras y Caretas I

En el origen de su exitosa vida de setenta años, la antigua empresa Avanti de la CIBA pasó  por una lógica etapa de  iniciación en el mercado nacional, seguida luego por las fases de la consolidación, el apogeo, la decadencia y el final. Si tuviéramos que adjudicarle un período de tiempo aproximado a cada uno de esos ciclos, basándonos en los vestigios históricos existentes, podríamos hacerlo de la siguiente manera:

- Los inicios (1902-1915): lanzamiento al mercado argentino en el contexto de una industria tabacalera aún atomizada, pero en la que ya se vislumbra un lento proceso de concentración. La inmensa masa de fumadores de puros “tipo italiano” establecida  en el país  le augura un futuro promisorio a la nueva empresa, que va creciendo de modo seguro y sostenido.
- La consolidación (1915-1930): los toscanos Avanti se consagran como favoritos del público argentino. Influyen en ello muchos factores, como la paulatina  desaparición de las antiguas fábricas competidoras, la excelente distribución del producto en todo el país y la agresiva política de promoción encarada por la CIBA.
- El apogeo (1930-1945): la marca es  número uno del mercado nacional. La palabra Avanti se convierte en sinónimo de toscano, al punto de que mucha gente alude a “fumar Avanti” como sinónimo de “fumar toscanos”.
- La decadencia (1945-1960): la posguerra de 1945 impone un cambio en los hábitos de vida de la población. Se fuman más cigarrillos y menos puros. Los toscanos comienzan a ser vistos como parte de un consumo anacrónico, propio de gente mayor. En 1958 la CIBA cierra la antigua y enorme fábrica del barrio porteño de Villa Urquiza y traslada su manufactura a Posadas, Misiones.
- El final (1960-1970): como una sombra de lo que fueron alguna vez, los Avanti sobreviven entre un público de más de sesenta años de edad. En 1971 la CIBA abandona el negocio del tabaco y la marca pasa a manos de otra empresa.


Coincidiendo con los años finales de la etapa de consolidación, entre 1927 y 1928, la Compañía Introductora de Buenos Aires se embarcó en una fuerte campaña publicitaria en medios gráficos y vía pública. Un buen ejemplo de ello son los avisos publicados en la célebre Caras y Caretas a lo largo de ese bienio, que tienen el interés especial de presentar algunos mensajes que vamos a compartir a lo largo de dos entradas, comenzando por los siguientes:


Después de una buena comida se impone un AVANTI, que contribuirá poderosamente a favorecer su proceso digestivo y dejará en Ud. satisfecho ampliamente ese deseo vehemente de fumar que se siente después de una buena comida. Compre uno, donde y cuando desee, y tendrá la seguridad de que fuma lo mejor en su clase.


Pida una opinión a quien los fuma y el fumador de “Avanti” le dirá que no cambiaría ese cigarro por ningún otro. Sabe que fuma verdadero tabaco y de la mejor calidad. Por eso no admite otro tipo ni otra marca. Compre uno, donde y cuando desee, y tendrá la seguridad de que fuma lo mejor en  su clase.


No le dé vueltas: es el Avanti. Si desea Ud. fumar de verdad, y fumar, además, un cigarro sano, hecho con tabaco noble, el que en definitiva tendrá su preferencia es el AVANTI. Millones de personas han hecho una experiencia que usted puede y debe aprovechar en su propio beneficio. Compre uno, donde y cuando desee, y tendrá la seguridad de que fuma lo mejor de su clase.

                                                          CONTINUARÁ…

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