A principios de la década de 1860, en pleno surgimiento de
la unidad del Reino de Italia y de su monopolio estatal de tabacos, existían en
aquel territorio 14 factorías tabacaleras nominadas por su ubicación: Torino, Sestri Ponente, Cagliari, Milano,
Firenze, Lucca, Massa, Parma, Modena, Bologna, Chiaravalle, Napoli, Cava dei
Tirreni y Lecce, que producían 11
variedades de tabaco picado, 24 de cigarros, 4 de cigarrillos y 37 de rapé.
Algunos años después encontramos un muy ilustrativo cuadro que expone 22 tipos de puros confeccionados en Italia con
sus correspondientes denominaciones, divididos en cuatro categorías llamadas Foggia Estera (es decir, imitación de
formatos extranjeros), Alla Paglia (de
paja o “a la paja”), Comunes y Cigarrillos. El siguiente es el cuadro
en cuestión, en el que procedimos a numerar los cinco módulos que nos
interesan, ya que todos los registros disponibles nos indican que fueron los
prototipos consumidos en nuestro país vía importación o fabricación nacional.
Desde luego que no vamos a abundar en el número 3, o sea el
toscano, por ser el leitmotiv de este
blog. Pero nos detendremos en los otros
cuatro, y especialmente en los dos primeros, cuyos antecedentes históricos hablan de un importantísimo consumo en estas
tierras desde 1880 hasta 1920 (I). Siguiendo la numeración sugerida en el
cuadro, tenemos a los siguientes:
1-Cavour: cigarro creado en homenaje al Conde de Cavour (1810-1861),
uno de los artífices de la unidad italiana. Su formato se asemejaba al estilo
del habano, aunque en su elaboración se utilizaban todo tipo de tabacos
americanos y europeos. Era un puro asociado a la región del Piamonte, por lo que
su consumo resultó muy amplio en nuestro país gracias a la importante
inmigración de ese origen geográfico, especialmente genovés. Ya en el censo
Municipal de Buenos Aires de 1887 encontramos referencias sobre él, dado que se
lo toma como ejemplo de cigarro típico para determinar los costos del tabaco.
2-Brisago: dotado de
múltiples denominaciones según usos y costumbres en cada país: Brissago (Suiza), Alla paglia (Italia), Virginier
(Austria, Alemania), Brisago, De la
paja, Virginia (Argentina). Su origen preciso es incierto y se lo producía
a mediados del siglo XIX tanto en Austria como en el Véneto italiano y en el
cantón suizo de Brissago, donde también se elaboraban toscanos tradicionales de
sabor más suave. En cualquiera de sus
formas, el Brisago suele tener una capa de tabaco Virginia como característica
saliente, pero la peculiaridad que lo inmortalizó fue la hebra de paja que lo
atraviesa y que debe ser retirada antes de fumarlo para crear un canal de aire, dejando una boquilla del mismo material en uno de sus extremos.
En el cuadro se presentan cuatro tipos distintos, llamados Trieste, Madera, Virginia y Bella.
Elegimos numerar el Virginia por ser el más paradigmático de la categoría.
4- Napolitano: propio de la región de Campania, era una especie de toscano algo más corto con uno de sus extremos cerrados. No parece haber sido demasiado popular en nuestro país, pero tenemos la certeza de que se importaba en la década de 1910.
4- Napolitano: propio de la región de Campania, era una especie de toscano algo más corto con uno de sus extremos cerrados. No parece haber sido demasiado popular en nuestro país, pero tenemos la certeza de que se importaba en la década de 1910.
5- Branca: perteneciente al segmento de los puros “cigarrillos”
por su porte y calibre pequeños. También sabemos que era introducido al país
hacia mediados de los años diez.
No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta que
semejante compendio no es para nada casual, sino que responde, por lógica, a
los tipos más consumidos en ese tiempo. La presencia de tres modelos clásicos
italianos (toscano, brisago y cavour) resulta, por lo tanto, una prueba
irrefutable de su éxito (II). Finalmente hallamos una publicidad diseñada por
los importadores exclusivos para los tabacos de la Regia Italiana desde el 17 de Julio de 1915, Ernesto Bunge y J
Born, con el propósito de abrir un concurso de “afiche de réclame” para sus
productos. En ella, además de los cigarrillos Macedonia
y Giubeck, se mencionan los
cigarros Virginia, Branca, Cavour y Napolitanos. Y como epílogo, la
siguiente frase asaz enfática: los
verdaderos toscanos, producto legítimo de Italia fabricado por la Regia
Italiana.
(I) En futuras entradas, tanto de este blog como de Consumos del Ayer, podremos apreciar
diferentes evidencias documentales al respecto.
(II) Dentro del cuerpo de nota se señalan algunas cifras
interesantes, como el siguiente consumo anual de cigarros puros: 119.868.465
cigarros de 0,05 a 0,20 centavos (categoría compuesta seguramente por
los nacionales de formato tradicional), 82.745.760 de toscanos, cavoures, brisagos, hamburgueses, etc, y
3.766.605 cigarros de La Habana. Estos últimos fueron comercializados en
nuestras tierras ininterrumpidamente desde los tiempos del virreinato, pero
siempre como parte de un consumo de elite.
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