Al día de hoy
tengo una certeza bastante acabada sobre la existencia de al menos doce
establecimientos del ramo, incluyendo algunos muy especializados y otros en
los que el toscano formaba parte de una producción mayor y diversa junto con
otros tipos de cigarros puros, cigarrillos y demás artículos derivados.
La siguiente es
la lista en cuestión, que espero se vaya agrandando prontamente. La columna “época”
no es absolutamente precisa, sino que trata de indicar los respectivos períodos
de fabricación de un modo aproximado. En algunos casos, las fábricas
subsistieron como productoras de cigarrillos, pero ya no de toscanos. En otras,
simplemente, no he obtenido todavía certidumbres sobre los momentos exactos de
apertura y cierre. Algo similar ocurre con los domicilios, ya que en muchas
veces fueron cambiando con el correr de los años. Repito: los datos se irán
ampliando y mejorando a media que efectúe los hallazgos investigativos
correspondientes. Tengo la esperanza, al menos, de que así sea.
Haciendo clic en el listado se lo puede llevar a un tamaño mayor para su correcta lectura.
Las primeras
cuatro manufacturas, fundadas en el siglo XIX, son por lógica las que
despiertan la mayor curiosidad. La
Argentina podría ser la más antigua de todas, ya que su dueño fundó la
empresa con sólo dos aprendices mujeres en una fecha tan temprana como el año
1878. Más tarde llegaría a ser una fábrica importante y especializada en
cigarros “tipo italiano”, es decir, toscanos,
brisagos, cavour, napolitanos y otros (ya hablaremos sobre estos últimos
muy pronto), que estaban muy de moda en esa época. La Virginia, de Donato Didiego, es otra de las que tenía gran
renombre, pero luego abandonó los toscanos para subsistir como fabricante de
cigarrillos con otras razones sociales y domicilios. De La Suiza hemos hablado algo en la entrada “Cigarros en tela de
juicio 1” de Consumos del Ayer. Junto con esta última, la casa Peirano de San Nicolás es un nítido y
antiguo ejemplo de las manufacturas establecidas en ciudades del interior,
aunque no descarto la posibilidad de hallar, algún día, referencias sobre
otras más antiguas todavía
En las primeras
décadas del siglo XX el toscano se va fortaleciendo como el cigarro puro más
típico de la producción y el consumo nacional. Es entonces que aparece el
primer establecimiento completamente especializado en ellos (Avanti), junto con
otras pequeñas casas ubicadas en distintos puntos del país. En la lista se
verifica que había firmas con domicilio en Campana o Colón (Entre Ríos), así como
varias en la Capital Federal. Más tarde llegaría la SATI, única competidora
importante que tuvo Avanti, además de dos fábricas destacadas de Rosario que
tuvieron su época de esplendor en los años cuarenta, cincuenta y sesenta:
Tabacos Colón (de Fernández y Sust) y la Cigarrería Durán. Entre ellas existía
una relación que aún no tengo del todo clara (al parecer, Durán fabricaba
algunas marcas por cuenta y orden de Fernández y Sust, y luego terminó
comprándole la mayoría), pero que seguramente muy pronto llegaré a comprender
mejor, en especial cuando tenga el tiempo y los recursos para realizar un viaje
a Rosario de varios días con finalidades de indagación histórica. Como se ve,
la información llegará por una simple cuestión temporal. Mientras tanto, vamos
a ir ahondando en cada una de estas firmas toscaneras, en sus marcas, en sus
viejas publicidades y en sus historias. No debemos olvidar que aquellos
cigarros hicieron las delicias de nuestros padres, abuelos y bisabuelos, así
como de millones de habitantes de este país durante cien años.
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