martes, 8 de octubre de 2013

Calendario histórico del toscano en la Argentina: 1861-1971

Los historiadores profesionales aseguran  que la ciencia objeto de su especialidad  no debe basarse nunca en fechas precisas, y tienen razón.  Al decir,  por ejemplo,  que Constantinopla cayó ante los turcos el 29 de Mayo 1453,   no  significa que el mundo cambió de un día para el otro. Bien al contrario, ese hecho puntual señala el epílogo de una larga serie de acontecimientos políticos,  económicos  y  sociales que venían ocurriendo desde varios siglos antes.   Sin embargo,  nadie puede negar que  el establecimiento de un datado cronológico implica una gran ayuda para formar “bloques” temporales imprescindibles en el estudio del pasado. Con esa misma filosofía, vamos a presentar  un pequeño resumen de los acontecimientos más significativos en la historia del toscano en Argentina. Ello incluye tanto a los genuinos ejemplares italianos, que comenzaron a importarse a principios de la década de 1860, como a aquellos creados por la industria nacional, iniciada en 1875. De esa manera armamos un calendario que abarca algo más de 150 años, de los cuales 110 corresponden al devenir toscanero en nuestro país.


1818
En Florencia, capital del Granducato di Toscana, comienza la historia del cigarro toscano con las primeras elaboraciones artesanales.
1861
Primera importación argentina documentada de cigarros italianos, en cantidad de 220.000 unidades.
1865
Aunque el control público del Reino de Italia funciona desde 1861, en 1865 se establece oficialmente la AZIENDA TABACCHI ITALIANI (ATI), empresa encargada de manufacturar, comercializar, promocionar y exportar  los tabacos peninsulares. En nuestro país las importaciones crecen de manera sostenida: durante ese período anual arriban más de 1.200.000 puros de tal procedencia. Esto significa un aumento del 550% en apenas cuatro años.
1875
Juan Otero produce los primeros toscanos argentinos en su fábrica La Argentina, del barrio de Barracas. Para ello utiliza tabaco de Tucumán en el relleno y capa exterior de Virginia. Los cigarros son secados y curados en grandes estufas de piedra al fuego y humo de leña, imitando el proceso original del tabaco Kentucky empleado en Italia. Durante 1882 gana importantes premios en las exposiciones Continental y Rural por sus cigarros “tipo italiano”.


1883
En Buenos Aires se establece otra empresa tabacalera fuertemente especializada en cigarros italianos: La Virginia, de Donato Didiego. Entre 1889 y 1895 crece el número de fábricas que tienen al toscano entre lo más destacado de su elaboración: La Buenos Aires, en Capital Federal, La Suiza, en Rosario, Peirano Hermanos, en San Nicolás, y Miguel Campins, en Tucumán, son las principales.
1884
El monopolio tabacalero de Italia pasa a la órbita de la DIREZIONE GENERALE DELLE GABELLE (Administración General de Impuestos) Se profundiza así el control estatal sobre la industria del tabaco.
1893
El monopolio italiano vuelve a cambiar de manos administradoras, que se hacen más específicas. Ahora depende de  la DIREZIONE GENERALE DELLE PRIVATIVE (Administración General del Monopolio)
1901
Un juicio entre el importador oficial designado W Paats, Roche & Cía y la fábrica rosarina  La Suiza pone al descubierto la amplia falsificación que realizan  muchos fabricantes argentinos, utilizando etiquetas similares a los de los toscanos europeos genuinos.


1902
Comienza a funcionar la fábrica Avanti en el barrio porteño de Villa Urquiza, la primera enfocada exclusivamente en cigarros toscanos hechos con tabaco 100% argentino. Su inauguración oficial se lleva a cabo en 1904.


1910
No obstante la creciente manufactura local, las importaciones de cigarros italianos alcanzan proporciones extraordinarias. En el año del centenario nuestro país importa 91.000.000 de toscanos, que ya están constituidos como los puros de mayor aceptación en estas tierras.
1928
La Regia Italiana desembarca en Buenos Aires para importar sus productos sin intermediarios. Para ello establece la SATI (Societá Anonima Tabacchi Italiani). En 1933 abre una gran factoría en el barrio de Villa Real, donde produce toscanos y varias marcas de cigarrillos. En la confección de unos y otros emplea un blend de tabacos argentinos y extranjeros. Desde ese momento y por los treinta años siguientes, Avanti y Regia Italiana son las dos marcas líderes dentro del rubro.


1940
El consumo de toscanos llega a su apogeo. Una estadística publicada ese año indica que los habitantes de este país fuman anualmente 190.000.000 de puros toscanos, entre nacionales e importados.
1946
Italia se convierte en república tras la abdicación de su último rey, Humberto II. En cierto modo, este hecho marca una bisagra en la historia toscanera mundial. Las costumbres cambian y los toscanos entran en un lento pero sostenido ocaso.
1956
La Regia Italiana decide cerrar sus delegaciones en el exterior, incluyendo la SATI de Argentina. Esto se hace efectivo dos años después.
1958
En vista de las ventas declinantes de la última década, la Compañía Introductora de Buenos Aires cierra su planta Avanti de Buenos Aires y concentra las operaciones en Posadas, Misiones.
1971
Cierra definitivamente Avanti de la CIBA. En los años siguientes, la marca pasa sucesivamente por las manos de varias pequeñas empresas. Las glorias del toscano son sólo un recuerdo de tiempos pretéritos.

Muchos se preguntarán por qué elegimos el cese de actividades de la fábrica Avanti como final de esta historia, siendo que los toscanos continuaron fabricándose hasta el día de hoy. Es muy simple: los años setenta del siglo XX  marcaron el final de una época, en la que últimos y “verdaderos” aficionados al puro de estirpe itálica -pertenecientes a una generación nacida por el 1900-  iban despareciendo, como bien lo evidencia el cierre de la principal manufactura que existió en estas tierras.


Próximamente pondremos la lupa  sobre cada una de las etapas apuntadas con el fin de analizar  los diferentes procesos que generaron el éxito del toscano en la Argentina: desde el cigarro raro y exótico fumado en los ghettos italianos hasta el artículo masivo consumido por millones de personas sin distinción de nacionalidades.

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