jueves, 29 de agosto de 2013

Sombras del pasado

La unificación italiana en 1861 tuvo, como todo proceso de estado fundacional, una primera etapa de ordenamiento político y administrativo. La economía, por ejemplo, se encontraba completamente fragmentada según los diversos estados preexistentes (1). En ese contexto, la industria del tabaco era una de las más desarrolladas,  aunque su fuerza estaba desperdigada por todo el territorio. Para ese entonces, catorce manufacturas funcionaban simultáneamente en Torino, Sestri Ponente, Cagliari, Milano, Firenze, Lucca, Massa, Parma, Modena, Bologna, Chiaravalle, Napoli, Cava dei Tirreni Lecce. La actividad fue rápidamente monopolizada por el estado mediante el sistema del estanco, por lo que todas ellas pasaron a formar parte integrante de su órbita de control. Muchas subsistieron en su ubicación original hasta bien entrado el siglo XX, pero lentamente fueron sufriendo un progresivo proceso de cierre y abandono motivado por la debacle de la industria tabacalera, hasta que las operaciones se concentraron en las dos únicas plantas habilitadas en nuestros días: Lucca y Cava dei Tirreni.


Por estas latitudes, mientras tanto, los años posteriores al 1900 fueron testigos del nacimiento de la más importante fábrica de toscanos de la historia nacional: Avanti, del barrio de Villa Urquiza (2). En 1928, otra firma de gran envergadura vino a competir de la mano del propio gobierno de Italia:  la SATI (Societá Anónima del Tabacchi Italiani) (3), que hacia 1933 inauguró una enorme factoría en José Pedro Varela 5451, por el barrio porteño de Villa Real. Ahora bien, ¿qué fue de aquellas viejas fábricas de toscanos (al menos, de sus edificios), tanto en Italia como en Argentina? Los vestigios actuales hablan de muy diferente suerte. A continuación,  observemos el estado de los inmuebles italianos correspondientes a las ex manufacturas de Módena y Torino, respectivamente.



Es fácil apreciar que, aunque las edificaciones ya no son pertinentes a su antiguo uso, han sido conservadas para otros propósitos,   pero manteniendo puntillosamente sus estructuras y detalles arquitectónicos. Nada de eso ocurrió aquí, desde luego. Si acaso nos damos una vuelta por la manzana donde otrora se alzaba la gran fábrica Avanti, delimitada por las calles Roosevelt (antes Guanacache), Burela, Ceretti y Cullen, (cuya estampa podemos apreciar al principio de este párrafo en una vieja foto aérea de 1927), sólo encontraremos un predio en el que se alzan  varias torres en block, construidas hacia fines de la década de 1960 por el Banco Hipotecario Nacional. Recordemos que la Compañía Introductora de Buenos Aires desafectó su planta toscanera porteña en 1958, para concentrar todas sus operaciones en Posadas, Misiones, hasta que finalmente abandonó el negocio del tabaco en 1971.


Lo lógico sería pensar que la buena fortuna de las construcciones peninsulares se debe a su carácter estatal,   pero la realidad es que los dos casos presentados en esta entrada (a título de ejemplo, ya que hay otros) han sido oportunamente transferidos y tienen hoy un destino completamente ajeno al gobierno de Italia: la sede de una empresa privada, en un caso, y un conjunto de viviendas tipo loft, en el otro. Volviendo a nuestra Buenos Aires, si nos movemos unas treinta cuadras hacia el oeste-sudoeste, arribamos a la manzana de José Pedro Varela, Virgilio, Ramón Lista y Moliere, en la que otrora se erguía orgullosa la SATI. Y el resultado  es todavía más penoso y desconsolador, ya que allí se aprecia un predio insólitamente baldío (4), donde sólo subsiste un pedazo semi demolido sobre la esquina de José Pero Varela y Virgilio. Vale aclarar que la historia de la SATI como empresa vinculada al estado italiano culminó entre 1956 y 1958, perdurando luego algunos años en manos de otra razón social formada por sus antiguos trabajadores. Más tarde fue la sede de cierta empresa de productos químicos, hasta que un violento incendio ocurrido en 1996 acabó con lo poco que quedaba de sus ladrillos primigenios.



Todavía se producen toscanos en Italia y en Argentina, si bien nada es igual en ninguno de los dos países. Y eso no es malo, puesto que  se trata de las modificaciones lógicas que ocurren en el mundo a través del tiempo. Pero también, si Einstein tenía razón, volver al pasado no es del todo imposible. Y mucho menos a través de nuestra mente, como dice una bella frase del cine: todos tenemos nuestra propia máquina del tiempo: los viajes al pasado se llaman recuerdos, y los viajes al futuro se llaman sueños.

Notas:

(1) Ellos eran el Reino de Cerdeña (que abarcaba Cerdeña y Piamonte), el Reino de las Dos Sicilias, el Reino de Lombardía y Venecia, los Estados de la Iglesia y los Ducados de Parma, Modena y Toscana.
(2) La historia de esta marca fue analizada en el blog Consumos del Ayer en dos entradas:
También hicimos una degustación de antiguos ejemplares fechados en la década de 1950:
(3) La historia de esta marca fue analizada en el blog Consumos del ayer en dos entradas:
También hicimos una degustación de antiguos ejemplares fechados en la década de 1940:
(4) Las fotos actuales de los predios Avanti y SATI fueron sacadas muy recientemente, en Agosto de 2013. En el segundo caso pude ver un puñado de vehículos y algunas maquinarias trabajando con la identificación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Una obra? Tal vez, pero todavía no parece haber suficientes indicios como para aseverarlo.

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